Dícese del ente que dirige las acciones de un individuo. Es el alma, el espíritu, que mora en el interior de cada ser racional. Todas provienen de Eru, y determinan la personalidad del individuo.
Las relaciones entre cada fëa con su hróa determinan la raza y las características de cada individuo. En los Ainur, el fëa lo es todo, y carecen de hróa en principio, sino que lo forman como una imagen. A veces se "encarnan" en un cuerpo, quedando materialmente atados a este.
Los eldar poseen un hróa material, si bien su fëa lo controla perfectamente. Por eso no mueren con el tiempo, pues el fëa cuida de que el cuerpo no enferme ni envejezca. Poco a poco, el fëa absorberá el hróa, lo "consumirá", dejando de él una imagen, como en el caso de los ainur; esta es la causa del "cansancio" que tienen los Eldar del mundo. Los Fëar élficos no pueden nunca salir del Mundo, hasta el Ambar metta.
Los hombres poseen un hróa material también, pero el dominio que tiene el fëa de este es bastante menor. Por eso sus hróar envejecen y enferman, se desgastan poco a poco. Los fëar de los hombres deben, por necesidad, salir del Mundo a los Recintos Intemporales.
Cuando los Enanos fueron moldeados, no tenían fëa, y eran marionetas que dejaban de moverse cuando Aulë y Yavanna apartaban su mente de ellos. Cuando Eru les concedió fëa, fueron entonces independientes, y podían moverse con libertad y a voluntad. Poco más sabemos del fëa enano.
Ents y otras criaturas también tenían fëa. Los orcos y los trolls, por ejemplo.
Nota:
Probablemente de la raíz [PHAYA]. Quenya Fëa, plural Fëar. Sindarin Fae.
Sobre las relaciones entre el fëa y el hróa, léase "El Anillo de Morgoth".
Enciclopedista: Baranduin
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Editada el 15-04-2005
por Nenya