Marca de la personalidad muy valorada entre los elfos, especialmente entre los Noldor (que la consideraban por encima de los rasgos físicos o la estatura). No era un rasgo fijo, sino que evolucionaba con el individuo (aunque más en los neri que en las nissi, más firmes por norma general).
Los cambios principales, que lo orientarían definitivamente, acababan alrededor del décimo año de vida, momento en el cual el niño Noldo celebraba su essecilmë.