El viejo Istar al que todos conocian por Meord, lluvia fina pues donde estaba siempre llovia ya fuese lluvia finisima que el hombre no perciviese jamas o portentosas y tormentosas lluvias, estaba sentado tranquilo en el sofá que siempre utilizaba. El viejo oyó la noticia y de improviso comenzó a llover fuertemente, el viejo Meord olfateó algo en el aire y dijo a la multitud
- Son negros- comentó con una voz cortante como el filo de una espada.
- ¿Qué dices viejo?- dijo un hombre entre la multitud, la cual no se había percatado de que quien habia hablado era un Istar. ¿Negros qué?
- Hombres negros de Angmar. De los pocos habitantes que aún quedan en Angmar, se de buena tinta que allí viven algunos grupos herrantes organizados, uno de ellos son estos.
- ¿Qué dices viejo? ¿Eso es imposible? y además... ¿Por qué querrían atacar Bree?- dijo la multitud enfurecida.
El viejo miró de reojo al elfo Laurefinwë
- ¿Qué os lo diga el elfo?- dijo con una grave voz acusadora y toda la multitud se giró para mirar al elfo, pero este vió una sonrisa como la de un niño, inocente y picaruela en la cara de Meord el cual le guiño un ojo y se esfumó de pronto.