Todo el mundo está triste. Ha muerto uno de los hobbits más entrañables de la zona: Billy Matorral. Tenía 107 años cuando hace dos días, abandonó este mundo para ir a un lugar donde todo mortal, un día o otro, llega. Ciertamente, este hecho no tiene nada de especial, pero en un lugar como Bree, donde quien no conoce a una persona, conoce a alguien que si lo conoce, algo así no pasa desapercibido.
En esos días, la posada se encontraba extrañamente silenciosa. Los parroquianos, bebían menos que de costumbre, Mantecona tenía un humor de huargos, y cuando no se sentaba con la vista perdida en la ventana, hacia el oeste, gritaba hasta casi hacer llorar al pobre Nob.
En un rincón, Tilly Hierbabuena, observaba el raro ambiente de la posada. En sus recién cumplidos 23 años, nunca había visto al viejo Mantecona así. No entendía del todo lo sucedido. Sabia perfectamente que Billy había muerto, y se sentía apenado por ello... pero realmente, ¿era necesario toda aquella tristeza?
"Eres demasiado joven" le había dicho uno de los ancianos de la zona, pero...
- Basta ya de comerme la cabeza.- se dijo.-
De repente, vio a un hombre encapuchado en una zona oscura de la posada. Hacia rato que estaba allí, pero no había reparado en él. Murmuraba palabras ininteligibles, como hablándose a si mismo, cosa que intrigó al joven hobbit.
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PD: he vuelto a editar el post, eliminándome. Espero que alguien se anime ya... y mostréis esas habilidades para la escritura que muchos tenéis y aún no habéis mostrado ;P
_________________ C'mon, Marge, it's like kissing a peanut!
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