Un día en el Poney, estaban Thorin, Arub Dak y Tolknier, sentados en una esquina hablando de sus antiguas aventuras y bebiendo cerveza. Hasta que salió un tema que le intereso mucho a todos, La recuperación de Moria.
- Ese ha sido mi mayor anhelo desde que llegue al Poney – dijo Tolknier.
- Lo mismo digo, aun no puedo creer que nuestro mayor tesoro este en manos de los asquerosos orcos – dijo Thorin.
- Pero no veo que lo podamos conseguir sin la ayuda de nuestros amigos del Poney – dijo Arub Dak, mientras pasaba a su lado Akerbeltz que los quedo mirando.
- ¿Qué deseáis que haga por ustedes, señores enanos? – dijo Akerbeltz.
- La verdad es que estabamos platicando, y tuvimos la idea de que podríamos, volver a Moria a restablecer nuestro imperio – explico Thorin.
- Pues en verdad a mi no me parece una buena idea, Moria a estado ocupada por los orcos hace mucho tiempo, y es demasiado peligroso, entrar ahora a Moria – dijo Akerbeltz.

Al instante se para Tolknier y Thorin de la mesa indignados con el Maiar diciendo que no necesitan su ayuda.

- Sino nos quiere ayudar no importa – dijo Thorin a Akerbeltz.
- Si además nosotros los enanos no necesitamos ayuda – dijo Tolknier.

En ese momento se marchan del Poney los tres enanos, hacia la casa de Thorin a planear lo que hiban hacer para poder volver a Moria..

...cuando llegaron a la casa de Thorin se sirvieron una cerveza de malta y hablaron del tema:

- la verdad es que solos no podemos contra ellos- dijo Arub Dak
- Arub Dak tiene razón, pero podríamos pedirle ayuda a mi primo Dain- dijo Thorin
- Y a las personas del pony pisador que nos quieran ayudar, no obliguemos ni matemos a nadie por no ayudarnos-dijo Tolknier

En ese momento entro Akerbeltz entro y se disculpo por su intromisión diciendo:

-disculpen mi intromisión pero si quieren mi ayuda la tendrán para cualquier cosa que sea.
- Disculpen pero yo tengo unos invitados-dijo Thorin


En ese momento aparecieron dos hobbits, uno era Peregrin Tuk y el otro era Otto Saltamonte(muy amigos de Thorin) quienes iban discutiendo sobre tener una aventura y le dijeron a Thorin:
- OH gran Thorin, nos podrías conseguir una aventura??
- Si quieren entrar y recuperar Moria, ya tienen una aventura-dijo Thorin- están deacuerdo todos??
- Si-respondieron al unísono
- Entonces este es el plan-dijo Thorin sacando un mapa de la tierra media de un cajón-iremos hasta la montaña solitaria a buscar a mi primo Dain y luego a Moria.

Después de que todos estuvieran deacuerdo con el plan se pusieron en marcha....

...hacia la montaña solitaria, excepto Akerbeltz y los dos hobbits que partirían en un tiempo después, ya que ahora partirían hacia el poney a buscar huéspedes que quisieran participar.

- Pues bueno, lo mejor será dirigirse lo antes posible hacia el camino – dijo Thorin
- No, si vamos a una misión que queremos que sea secreta, lo mejor será que nos esforcemos un poco mas, pero que vayamos mas seguros – dijo Tolknier.
- Si que yo encuentro que deberíamos partir primero hacia las quebradas del sur, ya que he escuchado que en el norte ha habido algunos altercados con orcos, y encuentro que no seria prudente marchar por ahí. – agrego.
- Bueno, entonces partamos hacia las quebradas del sur – dijo Arub Dak.

Sin dudarlo partieron de inmediato, hacia las quebradas. El tiempo, era favorable, lo que hizo que no tuvieran ninguna demora para que llegaran al termino de la noche a el extremo sur-oeste de las colinas.

- Bueno aquí estamos, lo mejor será dormir aquí esta noche – dijo Arub Dak.
- Si, hemos caminado mucho, aunque yo podría mas, pero lo mejor para todos era dormir ahora y aprovechar de comer – dijo Thorin.

Esa noche, no pudieron conciliar el sueño, ya que no se sentían cómodos ahí, ya que encontraban que no estaban solos, pero no sabían si era una compañía buena o eran enemigos.
Pasaron unos minutos, hasta que de pronto se sobresalto Tolknier y Arub Dak, despertando a Thorin, ya que ahora, por alguna motivo se sentían mas observados, ya que en los alrededores estaba....

… un grupo de orcos los cuales se dispusieron a rodear a los tres enanos, los cuales al ver esto se prepararon rápidamente para el ataque.

Arub Dak y Tolknier tomaron sus hachas y se pusieron delante de Thorin el cual se paro rápidamente y cogiendo su hacha se puso a espaldas de los otros dos enanos. –Estamos rodeados, pero no nos derrotaran- dijo Tolknier confiado –No te confíes, no sabemos cuantos habrán cerca de aquí, es posible que ellos solo sean un pequeño grupo de exploración- dijo Arub Dak tratando de examinar la situación.

-Es verdad, tendremos que escapar hacia las colinas ahí no nos encontraran tan fácilmente- respondió Thorin mientras movía su hacha de un lado al otro tratando de asustar a los orcos cercanos. La tensión estaba en el aire y ambos bandos estaban dispuestos a triunfar, uno de los orcos salto al ataque pero fue recibido por el hacha de Tolknier, al ver esto los demás orcos comenzaron el ataque entre gritos y gruñidos.

Los tres enanos con fuerza gritaron -Baruk Khazad! Khazad ai-mênu!- lanzándose al ataque y eliminando a cuanto orco se acercaba a ellos, de pronto mas gritos y gruñidos se escucharon cerca de donde ellos estaban, Thorin y Arub Dak cruzaron miradas sabiendo lo que sucedía, mas orcos estaban en camino.

-¡Vamos, corran!- grito Thorin, mientras eliminaba a un orco que estaba en frente de el, Arub Dak y Tolknier los siguieron mientras eliminaba a su paso a los orcos, ellos rápidamente siguieron a Thorin el cual buscaba desesperadamente un lugar donde ocultarse. Thorin se adelanto y en plena carrera se estrello contra alguien, asombrado Thorin dijo…..

”Que bueno encontrarte aquí, siempre estas cuando uno te necesita” – dijo mientras seguía en carrera, ahora a la par con Arub Dak y Tolknier – “Lo mejor será que nos protejamos detrás de esa pequeña roca” – comento Tolknier mientras corría.

Así el grupo ahora con otro integrante se dirigió a la roca a no más de veinte metros. Se protegieron lo antes posible para examinar la situación. Después de un tiempo mirando por el hombro para que no los descubrieran, creyeron ver aproximadamente un grupo compuestos por unos cien orcos.

- ¡Son cien! – dijo Thorin – no podremos contra ellos.
- Tienes razón son muchos para nosotros – dijo Arub Dak.
- No es para preocuparse tanto – dijo Tolknier algo confiado – ¡Tengo un plan!
- Dilo pronto entonces – le dijo Thorin a Tolknier, algo alterado por la situación.
- Miren, nosotros tres saldremos ahora a abrir camino, y aprovechamos de matar algunos orcos. Para darle espacio y tiempo a Baranduin, para que vaya a esa pequeña colina, porque si no se han dado cuenta hay una pequeña roca en la punta, la cual solo necesita un empujoncito para salir rodando cuesta abajo, ¡Y listo!, orcos aplastados– dijo Tolknier.
- No me parece mala idea – dijo Baranduin – Es algo practico y no gastaremos muchas fuerzas.

Así salieron los tres enanos, con sus hachas en mano y tomando por sorpresa a los orcos, los cuales no se habían dado cuenta de donde se habitan escondido.
Mientras tanto Baranduin se dirigía a la punta de la pequeña colina, seguido por un par de orcos que se dieron cuenta de la “misión” encomendada, los cuales no fueron mas que un tramite para el Maia. Ya en la cima Baranduin no hizo mas que empujar la piedra para que saliera cuesta abajo, la cual mato aproximadamente unos cincuenta orcos, pero también paso a herir a Arub Dak, el cual se encontraba luchando con un orco, al cual la piedra le dio muerte.
Después de un tiempo, Thorin y Tolknier terminaron con el resto de los orcos, y fueron a ver como estaba Arub Dak, y se dieron cuenta que tenia una lesión en el brazo, por los cual el grupo decidió....

quedarse y esperar a Akerbeltz y los demás:

-La herida no se ve mal, pero es necesario que descanse.Dijo Tolkier examinándola cuidadosamente.

- ¡Olvíndenlo! Soy un enano, no necesito descanso. Dijo Arub Dak incorporándose, pero un espasmo de dolor lo tumbó de nuevo en el suelo.

En ese momento Baranduin apareció:

-Lo siento, no pude evitar el accidente.- Dijo notablemente apesadumbrado el Maia

Pensaron entonces, que lo mejor sería guarecerse en un bosquecillo cercano contra posibles ataques, avanzaron rápidamente llegando a un claro.
De pronto un ruido los alertó, sin tardanza sacaron sus hachas y la espada, poniéndose delante de Arub Dak que con porfía trataba de ponerse de pie:

- ¡¿Quién es?! .- Gritó Thorin desafiante.

¡Contesta si no quieres una hacha incrustada en la cabeza!.- Dijo Tolkier aguzando la vista

- ¡O a enfrentar la furia de lo divino! Dijo Baranduin con la mirada encendida.

- Umm, oohmmm, vaya si estas gentes son agresivas.- Dijo una profunda voz desde la espesura.

Una sombra gigante comenzó a moverse llegando al claro.

- ¡Alabado sea Eru!, eres tú Fimbrethil ¿Pero que haces aquí?.-Dijo Arub Dak erguido sosteniéndose el brazo, con notable dificultad.

-Me he encontrado con dos pequeñines y el Maia de La Luna que iban camino al Poney, me han dicho que reclutan gente para ir a Khazad-dûm , así que me dirigí en la dirección contraria para encontrarme con ustedes; no tengo intensión de ir a una oscura y solitaria mina...

-Palacio.- Replicó Tolkier con semblante serio .-Moria es un palacio.

Fimbrethil continuó como si no lo hubiera escuchado
Pero tengo que arreglar algunas cuentas con ese ... .- Fimbrethil comenzó a hacer miles de sonido roncos y guturales parecidas a un zumbido, hasta que reparó en las estupefactas caras de sus interlocutores
Cracken... Dijo, finalmente.

- No nos haría mal tu compañia Fimbrethil pero aún debemos esperar a los demás... Dijo Thorin

Entre tanto, creo que a Arub Dak le Hará bien uno de mis brebajes Énticos.

- Y a todos nosotros.- Dijo Baranduin respirando tranquilo.

La doncella Ent se alejó a grandes pasos y en muy poco tiempo Arub Dak se había recuperado totalmente de la lesión gracias a la pocima y los demás se encontraban también restaurados y con nuevos ánimos.

Ahora sólo quedaban los resagados del Poney, pero ellos no sabían en que grandes aprietos estaban los demás a sólo unas millas de allí...

Los rezagados que venian del Poney no estaban muy lejos.
pero en las cercanias se encontraba merodeando un elfo, despues de vagar un rato por el bosquesillo dio con tan variado campameto se acerco y saludo.

-¡Mae Govannen! ¿acaso son ustedes los que planean ir a Moria?. Dijo el elfo.

-Si, pero, ¿quien sois viajero y de donde obtuviste tal informacion?. dijo Arub Dak levantandose.

-Pues, en el Poney escuche a Maese Akerbeltz comentando esto, sin embargo iba de salida a otros asuntos. Ya que he terminado y ahora me los encuentro, ofrezco mi espada Eldur al servicio de los futuros señores de Moria.

-Sigues sin decir quien eres-dijo tranquilamente Fimbrethil.

-Oh cierto ¿donde stan mis modales? soy Elthalion viajero y merodeador errante, y como ya les dije me ofrezco para ayudarlos en su campaña-Dijo el elfo acercandose un poco mas y haciendo reverencia.

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¿desde noviembre del 2003? bueno espero les guste esta continuacion que hice.

Segundos después de que el Elfo saludara a los Enanos, la companía de restauración de Moria escucharon el tronar de los cascos de lo que parecían varios caballos a lo lejos, rápido como pudieron la companñia se refugio en los lindes del bosque, todos atentos a disparar a lo que provenía cada vez con más fuerza, luego hubo un silencio ensordecedor.

Desde atrás de unos árboles un jinete se acercaba y mientras la Companía entera se preguntaba dónde estarían el resto de los jinetes que habían oído con anterioridad una voz fuerte pero dulce dijo...

-Salgan de sus refugios mis valientes amigos-
Luego de unos segundos de silencio y desobedeciendo los consejos de Baranduin, Thorin dijo...

-Quién eres y qué quieres..?-
-¿Esa es forma de contestarle a una amigo?- Dijo la voz algo severa
-No puedo ser tu amigo si no veo tu rostro- Contestó con astucia el Maestro Enano.

Y la figura saliendo de las penumbras de pronto se iluminó con la luz del día...

-Mi nombre es Rochwen y acudo a su ayuda pues aunque no me conozcas brindo mi mano amiga a cualquier raza libre de esta Tierra que lo solicite y su empresa me parece honorable; aparte tengo una deuda que quisiera cumplir con uno de su alta raza, Gimpl hijo de Glóin quien alguna vez ayudó a liberar mi Ciudad...
-Me parece bien, pero que Empresa es esa y de dónde has obtenido esa información-Dijo el Enano algo desconfiado...
-Pues el resto de la gente de la Posada no debe tardar en llegar, yo como estoy con mi jinete me quise adelantar en caso de que necesitaras ayuda...

Y bajándose del caballo, el jinete sacó la capa que cubría su rostro y todos pudieron ver que aunque ágil y armada era una doncella quien había sido dueña de esas palabras...

-En nombre de Gondor acudo a las sombras y es un orgullo pelear con tan bravos y valientes seres- Dijo la Dama Rochwen...

Luego de que todos fueron presentados, se decidieron a rearmar como tomarian el camino luego del ataque, así también esperarían al resto de la Companía...

(Off-Topic)
seguire yo...
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(On-Topic)

Una vez todos acomodados frente al fuego comenzaron la discusion.
-Bien, hay que tener una idea de a que nos enfrentamos-comenzó Tolknier.

-Montones y Montones de Orcos; no lo dudo, acompañados por Troles y Huargos, sin contar ya el Balrog, todos apostados dentro de los palacios de Moria-interrumpio Elthalion.

-Es Cierto-Dijo Rochwen-sin embargo, tomando en cuenta que la compañia que viene de la posada es grande; entre los cuales se cuentan Maiar, Enanos, Elfos y Humanos por supuesto-terminó de decir.

-En realidad, tenemos que esperar a la compañia que viene de el poney para saber cuantos y quienes somos realmente; asi que, mejor adelantemos otra cosa como el camino; nos llegaron noticias que las puertas de Dúrin estan destrozadas-Dijo Arub Dak.

-A todos. Destrozadas por cierto guardian que quiero hacer en seviche-
Interrumpio de nuevo Elthalion, esta vez todos voltearon a mirarlo con unas caras nada amigables.

-Hablando de todo un poco-Dijo Baranduin-Ahi viene la compañia, traen estandartes y a la cabeza parece venir Akerbeltz-terminó de comentar...
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Espero este bien .

Espero que esto estè bien, si no, corregidlo. (off topic)

On topic:

- La Compañia se levantò para recibir al maia de la Luna.
_ En horabuena!!!! Quièn cabalga contigo, Aker?
A lo que el maia, muy apesumbrado, respondio:
_ Solo tres hombres, aunque valen por diez ( vaya bravuconda ): Eldarion, soldado de Gondor, Joshua, y Cùthalion, guerreros de gran coraje. Los demàs han quedado nuevamete atràs . Estàbamos muy asustados por lo que les podrìa pasar. Pero veo que no era necesario.- Y tras esto largò una alegre carcajada, tìpica de èl.
En un momento, estaban todos sentados frente al fuego.
_ Cuantos vienen atras, Aker? Son muchos? - Preguntò Barandruin con aire preocupado.
_ Yo dirìa que son unos 30, pero me han llegdo rumores acerca de Luthien_ Tinuviel, que cabalga junto a varios valerosos elfos.
En eso, unas grandes sombras fueron rodeando a a Compañia, la cual se puso en guardia. Eran alrededor de 50, todos huargos grandes de las montañas. La Compañia se puso de pie y en guardia. Barandruin y Aker comenzaron a invocar la Furia Divina. Los arcos èlficos de Eldarion, Joshua y Cùthalion cantaban. Pero eran demasiados. A Barandruin solo se le ocurriò una cosa:.....

Pd:_ Perdon si esta mal, pero lo escribì apurado.. Saludos

... pero justo antes de poner su idea en práctica un huargo le cayó encima derribándolo con tan mala fortuna que se golpeó en la cabeza con una piedra y perdió el sentido.
Todo el grupo estaba desesperado por la situación, luchaban y luchaban pero el enemigo parecía multiplicarse ante sus ojos y ellos eran tan pocos.
Cuando una canción comenzó a llegar a sus oídos no sabían que podía ser ni de donde podía venir, pero lo huargos comenzaron a tambalearse hasta terminar en el suelo, roncando. Después todo quedó nuevamente en silencio.
- ¿Que ha sido eso? -preguntó confuso Thorin
- No lo sé -respondió ArubDak perplejo- No lo se.
- Creo que haríamos bien en deshacernos de estos seres -sugirió Tolknier.
Rochwen miraba alrededor sin comprender que era lo que había sucedido mientras fruncía el ceño. Aquello era muy extraño.
Akerbeltz se acercó a Baranduin que comenzaba a despertar
- Algo raro sucede -le dijo muy quedamente- Debemos investigar.
Elthalion se mantenía un poco alejado observando la situación.
Eldarion, Joshua y Cuthalion se acercaron a Tolknier al escuchar la sugerencia sobre los huargos con las espadas aún desenfundadas y entonces...

Todos cayeron en un somnoliento trance. En la mezcla de sueños y realidades comenzaron a caminar separándose, sin duda alguna, fuese quien fuese el que había provocado el hechizo, no tenía buenas intenciones. Cuanto todos estuvieron a distancia considerable de los demás cayeron en sueños a la negrura de sus mentes y durmieron hasta que...

... hasta que la tierra comenzó a estremecerse bajo sus cuerpos inconscientes, un rugido emergió de ella y al abrir los ojos vieron una extraña sombra que se alzaba sobre ellos.
Aquella sombra les tenía hipnotizados e inmóviles en el suelo. El tiempo desapareció a su alrededor y se hundieron en la nada. Se sentían flotar en una bruma de negrura donde todo era ruido y silencio a la vez. Ninguno podía ver a ninguno de sus compañeros. Intentaron hablar, gritar, llamarse unos a otros, pero no lo lograron. Se sentían solos y abandonados... y entonces una voz habló:
- No osareis acercaros a Moria... No osareis adentraros en ninguno de mis territorios... pues si lo hacéis será vuestro fin... recordadlo. Tenedlo en mente... pues esta advertencia no se os volverá a repetir. Se quienes sois y lo que pretendéis y debéis saber que ¡¡jamás lo conseguiréis!! Yo terminaré con todos vosotros...
Y tras ello todo el mundo volvió a aparecer de nuevo. Se sintieron caer sobre el duro suelo con un violento golpe.
Tolknier se sintió caer sobre una roca y no pudo evitar emitir un quejido. Se levantó acariciando su dolorida pierna y escuchó entre unos matorrales cercanos un ruido ahogado. Se acercó, y allí encontró a Joshua enredado en una maraña de espinos.
- ¿Cómo te has metido ahí? –le preguntó sorprendido y todavía masajeándose- ¿Necesitas ayuda?
- ¿Tú que crees...? –dijo Joshua sin saber muy bien por donde empezar a desenredarse. Cuando Tolknier se disponía a ayudarle aparecieron Thorin y Arubdak que no pudieron evitar reírse ante la visión de Joshua envuelto en un espino- ¿Puede saberse donde está la gracia? –replicó un tanto incómodo.
- Podríais ayudar –agregó Tolknier y, sin poder evitar seguir sonriendo, comenzaron a ayudar a liberar a Joshua.
Finalmente consiguieron sacar a Joshua, aunque no pudieron evitar varios desgarrones y arañazos en todos ellos.
-¿Dónde estarán los demás? –preguntó Arubdak mirando alrededor sorprendido de que no hubieran acudido con el ruido que habían organizado.
-Estoy aquí –dijo una voz. Miraron alrededor pero no vieron nada- Aquí arriba...
Miraron hacia arriba y vieron a Eldarion colgado como una manzana de una rama. Todos abrieron los ojos como platos... y comenzaron a reírse sin pudor alguno.
-¿Querríais hacer el favor de bajarme de aquí? –dijo con resignación balanceándose peligrosamente. Fue Joshua quien debió trepar al árbol para soltarle mientras los tres enanos en el suelo estiraban una manta para amortiguar la caída. Eldarion consiguió llegar al suelo y tan solo sufrió un leve golpecito provocado por el rebote que dio en la manta y que le hizo terminar en el suelo...
Cuando se repusieron un poco comenzaron a buscar al resto, Thorin sintió como el suelo desaparecía bajo sus pies y, si no hubiera sido por Eldarion, habría terminado en el fondo de un tremendo agujero. Miraron en él y vieron en el fondo a Rochwen y a Cuthalion.
-Hola... –dijo la voz de Rochwen- ¿Podríais sacarnos de aquí?
-¿Qué tal estáis? –preguntó Joshua.
-Cuthalion está inconsciente todavía
Eldarion tomó una cuerda que llevaba Arubdak y lanzándola en el agujero dijo:
-Átasela a Cuthalion y entre todos le subiremos... ¿si os parece bien? –agregó preguntando al resto.
Todos asintieron y así lo hicieron aunque no pudieron evitar que el cuerpo inconsciente de Cuthalion golpease con las paredes y terminase llenito de cardenales. Después repitieron la operación con Rochwen.
Cuando terminaron buscaron a Baranduin y Akerbeltz... pero parecían haber desaparecido por completo... ¿dónde se habrían metido? Los huargos también habían desaparecido... como si nunca hubieran existido.
Y entonces todos recordaron la voz y las palabras que les habían dicho. Se miraron unos a otros y supieron que todos lo habían escuchado. Rochwen suspiró antes de hablar:
-¿Y ahora que haremos? –preguntó. Todos se quedaron en silencio y mientras meditaban comenzaron a escuchar a lo lejos los cascos de algunos caballos.