Túrion ArdamarroivaDe los Poderes de los Moradores de ArdaLa magia, esa curiosa cualidad que atribuye características especiales a un individuo. ¿Qué es la magia realmente? ¿Existe la magia en la Tierra Media?
En Ambar existen muchas razas, cada una con sus especiales cualidades que la caracterizan. Así, a menudo a los seres de una especie les parece que los de otras tienen especiales características, que al no entenderlas les atribuyen un origen sobrenatural, aunque para sus poseedores y allegados sean cosas cotidianas.
Vayamos por partes. Por un lado, hay seres que tienen estas características. Dado que para ellos son normales, no podemos considerarlo magia. Por el otro, hay individuos que creen en la magia, y la atribuyen a otros seres, o aún a sí mismo.
Así, podemos definir a un individuo en cuatro criterios:
- Tiene alguna característica especial | No tiene.
- Cree que el individuo X hace magia | No lo cree.
- Cree ser portador de magia | No lo cree.
- Alguien cree que él tiene magia | Nadie lo cree.
Así, un ainu podría ser definido como {Sí, No, No, Sí}; esto es, tienen poderes "extranaturales", y algunos seres creen que son "mágicos". Pero un Ainu entiende la estructura del mundo, según el entendimiento que Eru le dio, y modificar el diseño de Arda para él es tan normal (que no habitual) como el respirar para un elfo. Así que saben que no tienen magia, pues esto es natural en ellos, y que todo se ciñe a una serie de leyes lógicas que imposibilitan que la haya. De hecho, tal vez sean los seres que mejor entienden, a menos que estén cegados por el orgullo o la ira, cuán limitados estamos por las Leyes del Mundo... las mismas que limitan al resto de criaturas.
Respecto al tercer criterio, según la capacidad presuntamente mágica podemos establecer otro criterio: si dicha cualidad es sostenible o no. Es decir, si puede, o no, demostrarse su falsedad.
Un ejemplo. Volar. Alguien podría considerar que es producto de la magia el hecho de que seres tan grandes como un dragón alado vuelen. Pero lo cierto es que lo hacen, y ellos no lo considerarían realmente magia, y de hecho no lo es.
Ahora bien. Alguien podría decir que si unos dragones tan grandes vuelan por producto de magia, qué no haría un hobbit con tal poder. Pero los hobbits no pueden volar. ¿Podría un hobbit creerse capaz de volar? Para que fuese así, debería haber volado alguna vez... como es imposible, el hobbit no podrá creerse capaz de volar. ¿Podría otro ser creer que los hobbits vuelan? Sí, por supuesto, aunque eso no diría mucho acerca de su sentido común o su cultura.
Otro ejemplo. La profecía. Los elfos tienen algo similar, que desarrollan con los años: la tercenyë, que no es exactamente profecía (véase más abajo), sino algo mucho más limitado. Y ellos lo saben. Ningún elfo (y de rebote, ninguna criatura que tenga contacto habitual y cercano con los eldar) creerá poseer el don de la Profecía (que de hecho, como dije, no tendrán). No sólo porque vean que sus efectos no son los mismos, sino que por cultura saben que es imposible (pues aprendieron sobre estas cosas de los Valar). No la tienen, y saben que es imposible. Pero otros seres sí pueden confundir la tercenyë con la Profecía, y para ellos será cierta... y comprobable.
Sin embargo, un enano bien podría creerse con tal Don, aún cuando no tuviese siquiera la tercenyë, si hasta ahora ninguna de sus predicciones se ha demostrado falsa (bien por ser consecuencia lógica, bien por lejanía en el tiempo, bien por pura suerte). Del mismo modo, otros seres (pero, por ejemplo, no los Eldar), enanos incluidos, podrían creer (¡ojo! Y también podrían no creerlo... dependería de cada individuo) en el Don de ese individuo. Aún cuando fuese falso.
Por lo dicho hasta aquí, ya tenemos algunas conclusiones parciales:
- La Magia, como tal, no existe.
- Algunos seres tienen capacidades naturales, que como les son propias no considerarían magia, aún cuando lo fuera para los demás.
- Algunos seres pueden hacer creer, voluntaria o involuntariamente, que poseen capacidades mágicas; hablamos entonces de superstición.
- Algunos seres son más propensos a creer en la superstición que otros.
- Algunas supersticiones son sostenibles para el propio individuo, o para su entorno. Otras no lo son para alguno de los dos (y hablamos de fantasía). Otras simplemente son imposibles.
¿Y podríamos hablar de
hechizos?
Técnicamente no. En la práctica, sólo en el caso de los Ainur, y con fíbulas.
¿Y de
pociones? Tema peliagudo.
Tenemos muchos casos de brebajes y alimentos especiales. Los ents tienen una serie de brebajes (con sabores: sabor bosque, sabor tierra... que digo yo que cuando saquen el sabor Ballantines-cola me daré un garbeíto por Fangorn's), que hacen, quizás entre otros efectos, crecer. Y sabemos que aún partiendo de la misma receta, una elfa conseguirá lembas, mientras que, pongamos, la señora Mantecona, sólo hará Pan de Camino normal y corriente.
Por tanto, no hay pócimas en la Tierra Media. ¿Que en qué me baso para decir esto? Pues justo en este último caso. Una elfa no podría enseñar a hacer lembas a una mujer de Bree, a una enana... ¡ni al mismísimo Manwë! Saldría Pan del Camino normal, corriente y moliente. El hacer lembas es propiedad exclusiva de las elfas, como lo serán los brebajes de los ents. Así que nadie podrá afirmar hacen pociones, excepto desde la superstición. Y en este caso, sólo sería referido a las terceras personas: el individuo que "hace pócimas" sabe bien que es un estafador, o que simplemente hace uso de propiedades botánicas. Pero que realmente no son mágicas.
¿Y los
Talismanes? Otro tema peliagudo. Hay objetos que contienen parte del poder de un ainu. Así, el Anillo Único, sin ir más lejos, es una suerte de talismán de invisibilidad y percepción supersensorial. También lo serían los Nueve.
Ahora bien: los talismanes dependen directamente del poder de su
dueño. Aulë no podría "hacer" talismanes de control de aguas. Y nótese que "dueño" está remarcado: el talismán, independientemente de su portador, pertenece y sigue los dictados de su señor, esto es, del ainu que le dio tal poder.
Por tanto, la efectividad de un talismán varía mucho, según el control que tenga el portador sobre él (lo cual depende del poder del portador, y de las características de su raza, y las de su propio carácter), y en el caso de enfrentamiento, de la fuerza (poder, raza, carácter) del oponente. Así, se necesita una cierta fuerza para controlarlo, y un carácter especial (Gandalf podría controlarlo, como los Valar, pero éste actuaba sobre los deseos de sus portadores, por lo que se habrían hecho unos buenos terribles... su portador debía ser alguien con pocas aspiraciones, y consciente de no poder controlarlo). También puede depender de la raza, en tanto que podría tener efectos distintos con fëar distintos (Sauron y Tom no se volvían invisibles, aunque sí los portadores humanos). También se necesita cierta fuerza para contrarrestarlo (ni Sauron con el Anillo habría podido vencer a un Vala).
Además, los talismanes son objetos escasos: Tolkien así lo decidió, y de hecho los Silmarilli dejaron de ser talismanes (perdiendo así sus capacidades curativas en una de las revisiones). Uno no se encontraba un talismán verdadero cada dos pasos, como algunos pretenden. Si ven a alguien con muchos talismanes, no lo duden: se trata de superstición.
Polion ArdamarrolívaDe las Capacidades de los Moradores de ArdaVisto lo visto, no podemos hablar de magia, sino de capacidades naturales de cada especie, o superstición. Supersticiones caben muchas, pero... ¿cuales son las capacidades naturales?
Es literalmente imposible hacer una lista de todas ellas. Hay demasiadas razas, demasiadas capacidades; podríamos llegar a varios miles de entradas. Además, la falta de información, como tantas veces, juega en nuestra contra.
Lo que sí que haré es una pequeña selección de las principales características, por razas.
Eldar- Para empezar, antes de que el frente feminista se me eche encima:
Tolkien escribió:
En todas las cosas no relacionadas con la concepción de los Hijos, los neri y las nissi [...] son iguales, salvo en que (como ellos mismos dicen) para las nissi la creación de cosas nuevas se lleva a cabo sobre todo en la formación de sus hijos, de modo que son los neri quienes se encargan de la mayoría de los inventos y cambios. No obstante, no hay nada en los Eldar que sólo pueda pensar o hacer un nér, ni nada que sólo preocupe a una nís. En verdad hay algunas diferencias entre las inclinaciones naturales de los neri y las nissi, y otras diferencias que vienen establecidas por la costumbre (que varían según la época y el lugar, y las distintas razas de los Eldar). Por ejemplo, el Arte de Curar, y todo lo relacionado con el cuidado del cuerpo, es practicado sobre todo por las nissi; mientras que son los Hombres Elfos quienes esgrimen las armas en caso de necesidad. Y los Eldar pensaban que dar muerte, aún por justicia o necesidad, disminuía la capacidad de curar, y que la virtud de las nissi en este aspecto se debía más a su ausencia en la caza y en la guerra que a ninguna capacidad especial innata a la feminidad. De hecho, en situaciones límite o defensa desesperada, las nissi luchaban con valentía, y en los Elfos los hombres y las mujeres que no hubieran dado a luz se diferenciaban menos en fuerza y rapidez que lo visto en los mortales. Por otro lado, muchos hombres elfos eran grandes curadores, hábiles en la ciencia de los cuerpos con vida, pero se abstenían de cazar, y no iban a la guerra a menos que no tuvieran otro remedio.
AM:248:249
El fragmento continúa con una digresión sobre las diferencias en las actividades. He subrayado las palabras con las que define la curación: arte, capacidad, ciencia. Así, es una habilidad que los Eldar tienen "per-se", aprendible como ciencia (precisa de conocimientos), aunque no para cualquier ser (precisa de un cierto sentido artístico). Los Eldar no lo consideran magia, y lo darán por supuesto, en tanto que natural.
Además del Arte de la
Curación y la
Confección de Lembas y otros alimentos antes mencionada, existen tres habilidades que otras especies pueden confundir con la magia. A saber:
Tercenyë,
artacenyë, y
Ósanwë-centa.
La artacenyë y la Ósanwecenta, combinadas, conforman algo que es posible confundir por los legos con telepatía; pero son dos habilidades, separadas, independientes, destintas. Así, un elda, u otro ser instruido, sabe bien que no es telepatía.
El término "artacenyë" es mío. Significa "visión a través", y se nos dice que es difícil que uno de los Primeros Nacidos pueda engañar a otro de su linaje (AM:245). Además, tenemos múltiples ejemplos de sus efectos: Galadriel lo usa ante la Comunidad, Finrod entiende a Bëor gracias a esta capacidad en los Primeros Días...
Sin embargo, no es telepatía receptora. Veamos la siguiente descripción:
Tolkien escribió:
Nadie, ni aún entre los Valar, puede leer la mente de otros seres iguales*: es decir, no puede "verlas" o comprenderlas por completo y directamente con un simple examen. Puede deducir muchos de sus pensamientos, a partir de comparaciones generales que llevan a conclusiones acerca de la naturaleza y tendencias de mentes y pensamientos, y a partir del conocimiento particular de individuos, y de circunstancias especiales. Pero no es tanto leer o examinar otra mente como deducir los contenidos de una habitación cerrada, o los acontecimientos que tienen lugar fuera de la vista. Tampoco es lo que se llama "transferencia de pensamientos", un proceso de lectura de las mentes: no es más que la recepción, y la interpretación por parte de la mente receptora, del impacto de un pensamiento o modelo de pensamientos que emana de otra mente, que no es tanto la mente entera o en sí misma como la visión lejana de un hombre corriendo. Las mentes pueden mostrarse o revelarse a otras mentes mediante la actuación de sus voluntadas (aunque no es seguro que una mente pueda revelarse por entero a otra mente, aún queriéndolo o deseándolo). Así, pues, resulta tentador para mentes de gran poder gobernar u obligar las voluntades de otras mentes más débiles, hasta el punto de inducirlas o forzarlas a revelarse a sí mismas. Sin embargo, forzar semejante revelación, o inducirla mediante engaños y mentiras, aun para supuestos "buenos" propósitos (incluyendo el "bien" de la persona persuadida o dominada), está completamente prohibido. Hacerlo constituye un crimen, y la "bondad" de los propósitos de quienes lo cometen se corrompe con rapidez.
Así, pues, muchas cosas podían "suceder a espaldas de Manwë": de hecho, la intimidad de todas las otras mentes, grandes y pequeñas, le estaba oculto. Y en cuanto al Enemigo, Melkor, en particular, no podía penetrar desde la distancia en sus pensamientos y propósitos, puesto que Melkor tenía la firme voluntad de ocultar su mente, lo que físicamente expresado tomó forma en la obscuridad y las sombras que lo rodeaban. Pero, por supuesto, Manwë podía utilizar y utilizaba sus grandes conocimientos, su vasta experiencia de cosas y personas, sus recuerdos de la "Música" y su gran visión lejana, y las noticias de sus mensajeros.
*[nota en el margen]Todas las mentes/espíritus racionales que proceden directamente de Eru son "iguales" -en orden y estatus-, aunque no necesariamente "coevos" o de poder original semejante.
[AM:453:454]
Resumiendo:
- Consiste en una intuición de los pensamientos de la otra persona, que se ha de interpretar a través de la experiencia y el conocimiento que se tenga de esa otra persona. Por tanto, no es exacto, y de hecho puede provocar confusiones y/o errores.
- Ciertos rincones de la mente no pueden ser leídos, con o sin permiso del propietario.
- Sólo funciona a corta distancia.
- Sólo funciona si el "leído" no "esconde" su mente.
- Es imposible forzar una mente a abrirse, y el hecho de intentarlo malogra cualquier otro objetivo.
Sabemos que es algo innato y natural (vemos en PTM a una jovencísima Galadriel desconfiando ya de Fëanor), pero dado que también depende de la experiencia, presumiblemente mejora y se hace más eficaz con el tiempo (puede ocurrir que alguien tenga una obsesión, como Sauron, y por lo tanto interprete de forma errónea los datos; pero son situaciones extrañas, no la norma general).
Aparte de los dados, vemos aún más ejemplos. Gracias a ésto Elrond descubrió el amor de Aragorn, y Celebrimbor y los Eldar de Ost-in-Edhil sufrieron el ocultamiento de la mente (y su descubrimiento, demasiado tarde para ellos). También con Sauron de protagonista, que entrevió los pensamientos de Ar-Pharazôn, o... ¿qué creen que hacen las Palantiri? Y un último ejemplo, tal vez muy sonado: Tom Bombadil ante los cuatro hobbits, y Frodo en especial.
La Ósanwë-centa consiste en la transmisión directa de un pensamiento concreto ala mente de una persona concreta. Esta habilidad es muy nueva para los Eldar, dado que es consecuencia de la "consumición" de sus hröar y su aproximación a los ainur. Tanto es así, que sólo hay un ejemplo directo de ella: las 'palabras' que dirige Galadriel a cada componente de la Comunidad en Lórien (alguno podría decir que también la conversación de Galadriel, Celeborn, Elrond y Mithrandir... pero aplicando aquello de que "
En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla es la correcta", y sabiendo que existía un lenguaje gestual elaborado entre los eldar (aunque no tanto como el iglishmêk), combinado con la artacenyë, no hace falta recurrir a éste método que sólo permite la recepción por parte de una única persona).
¿Cómo sabemos que es reciente? Porque hay lenguas élficas. Si fuese innata, los Eldar no habrían inventado el Quendiano Primitivo para comunicarse, ni se habrían autodefinido precisamente con la palabra "quendi" (
los que hablan con voces), tan descriptiva. Si fuese una habilidad que adquiriesen con poca edad, probablemente las lenguas élficas habrían prácticamente desaparecido, y no habría la diversidad que encontramos. Así que es una habilidad tardía, y muy limitada. De hecho, no debía poder recorrer grandes distancias, o no encontraríamos mensajeros de los Eldar, ni está tan perfeccionada (en tanto que seres encarnados), y sufre las mismas limitaciones, que la que presentan los Ainur.
La tercera habilidad es la tercenyë. Los Eldar, en especial las mujeres, podían
intuir cosas aún no sucedidas. ¿No les ha pasado nunca, ver un caballo desbocado al galope hacia una piedra o muro, con su jinete intentando frenar, y pensar:
se la pega, se la pega... y que se la pegue? Pues es igual. Las eldar
no ven el futuro, ni existe la profecía o la adivinación. Hay tres razones de peso para ello:
- El futuro está velado, y ni aún los Valar lo conocen.
- El futuro está sometido a los cambios del presente, los cuales pueden (y de hecho está) sometidos a una serie de variaciones e indeterminaciones por causa de la Mácula.
- Eru puede cambiar el presente y el futuro en cualquier momento: un ejemplo de ello es Númenor, y su destrucción, que no estaban previstos en el Plan Original.
De hecho, el futuro no está escrito, sino que existen una serie de futuros potenciales, los cuales se van eliminando a medida que el pasado se asienta. Si bien es cierto que algunos hechos sí estaban presentes en el Plan Original, y los Ainur los conocen (y los Eldar, pero sólo a través de ellos, no por una capacidad innata, sino por el aprendizaje), esto sólo se mantiene hasta la derrota de Melkor. Las Edades posteriores están dominadas por el libre albedrío.
Hay más habilidades, como caminar por la nieve sin dejar huellas, que se deducen de sus habilidades metafísicas. No obstante, hay mucho mito. Por ejemplo, no son inmunes al veneno, y de hecho se emborrachan (como vemos en el Hobbit). Entre otros.
Urulóci ar Lingwilóci, Rámalóci ar AngulóciEs decir, Dragones de Fuego y de Agua, Dragones Alados y Gusanos. Todos ellos comparten una serie de características comunes (lógico que las compartan, si son comunes).
Para empezar, una descripción de cada uno. Cabe advertir que son especies distintas, así que la transformación de unos en otros no se produce, en principio. Los dragones alados (o simplemente, dragones) tienen alas, y vuelan (o nadan, en el caso de los de agua), mientras que los gusanos se arrastran todos ellos por tierra (carecen de alas; aunque también pueden nadar). Los Dragones y Gusanos de fuego expulsan fuego por sus fauces, mientras que los de agua... no sabemos que ocurre con ellos.
La forma de vivir de cada grupo también queda reflejada en esto. Los dragones de fuego prefieren las cuevas y montañas (¡pero no las convierten en volcanes!). Los de agua viven en ríos, mares y lagunas.
Su desarrollo es lentísimo, así que no son muy buenas mascotas: hasta el mortal más longevo moriría antes de que el dragón hubiese cambiado mucho. Es decir, los dragones son extremadamente viejos, y por tanto la cantidad de conocimientos que pueden adquirir es enorme.
Pero la cualidad más especial, la que realmente puede considerarse magia, la que los invalida como mascotas, está en su mirada. Cuando sus ojos se cruzan con los de otra criatura, la "hechiza", la hipnotiza, bien hasta que la libera bien hasta su muerte.
Esto desemboca en tres preguntas: ¿Puede un dragón "hechizar" a un ainu que sea más poderoso que él? No, pues Melkor los tenía encerraditos en Angband y no le pasó nada. ¿Puede un dragón "hechizar" a otro dragón? En principio, no, puesto que entonces podría hechizarse a sí mismo. Smaug vivía entre alhajas, muchas de ellas espejos, y no se auto hipnotizó, así que podemos concluir que no es así. ¿Puede un ainu gobernar a un dragón? Sí, pero sólo como se puede gobernar a orcos o trolls, o a cualquier criatura inteligente: mediante el miedo.
DúnedainAdemás de ser muy longevos, las mujeres especialmente poseen una tercenyë básica. El uso de sus habilidades dependería de las proporciones de sangre élfica y númenóreana.
HobbitsUna capacidad (estomacal) increíble para almacenar comida... y a pesar de ello, la capacidad de escabullirse sin hacer ruido.
Quedan muchas otras criaturas, como tumularios (de los cuales algunos asumen que son ainur), nazgûl (para los cuales me remitiría a CI), ents (por falta de información, aunque tenemos algunas muestras como su capacidad de litoperforación), y un largo etcétera que habrían de ser abordados de forma individual.
Individualmente también habría que abordar el tema de los ainur, caso por caso, pues hay mucha más variedad aún. No obstante, podemos llegar a una serie de consideraciones generales sobre lo que es posible, y sobre lo que no lo es. Pero eso será en otro escrito.