Aspecto:
El más bello de los elfos, pues entre su raza, solo Luthien puede compararse conmigo, pues como yo, es hija de un Maia. Ojos que pueden cambiar desde el negro más oscuro hasta el azul inmaculado pasando por el verde intenso del follaje.
Historia:
Cuando nací mi padre Maia fue corrompido por el poder de Melkor y mi madre se escondió conmigo porque solo era una elfa. Mi padre me arrancó de sus brazos y me llevó consigo y me entregó a Melkor, que decidió, junto a otros Maias, que domase a dragones oscuros para su servicio. Así fue que fuimos enviados a por huevos de dragón, que no fue tarea fácil, burlé a la dragona cuando despegó a cazar y ahí aproveché con mi poder para atraerlo hacia mí. Cuando se rompió, inmediatamente establecí una conexión telepática con él pero pronto, cuando creció lo suficiente, Melkor lo corrompió y le borró cualquier atisbo de amor, amistad o ternura y se lo entregó al mayor de los Nazgûl. Esa fue la gota que colmó el vaso, me escapé e huí hasta los picos de Moria donde pronto me rescataron las poderosas Águilas, años después, me convertí en un protector y señor para ellas, me acostumbré a los pensamientos y costumbres de las Águilas y pasé a ser el Señor de las Águilas. Desde entonces, vago por toda la Tierra Media ayudando a todo el mundo.
Habilidades:
Domar criaturas de cualquier tipo, desde fantásticas hasta un lobo ordinario. Después de todo no hay mucha cosa que domar más peligrosa que domar a un dragón. Habilidad para inmovilizar a mis enemigos, hacer escudos, hacerme invisible y poder conectarme telepáticamente con cualquier criatura viva.
Armas:
Un puñal, arco encantado cimitarra curva al cinturón y una finísima y potente cerbatana de "mithril".
|