Aspecto:
No os diré mi aspecto a menos que la vida de alguien muy concreto dependa de ello, pues existe un motivo importante por el cual oculto mi rostro tras la oscuridad que me otorga la tela de mis ropas, de mi capucha. De todos modos, os puedo dar unas referencias que os podrán servir para identificarme si fuera necesario, y ya os las he dado.
Historia:
En mi memoria sólo se conservan recuerdos del presente, hace tiempo que dejé de ser quien era para ser quien soy: un buscador de ideas. Recorro la Tierra Media en busca de quien puede estar orgulloso de su retórica, en parte para medirme y en parte para aprender sus artes.
Mis conocimientos sobre historia y geografía son de nivel primario, tanto es así que para orientarme en mis rutas sería nada más que un hecho simbólico o decorativo el portar un mapa, o el preguntar a las gentes la mejor senda que conduzca a mi destino, siempre incierto. Trabajo, sin embargo, en muy altos ámbitos que me dan la esperanza de ser conocido y respetado un día por todas las razas, trabajo en lo que llamo "falsa magia", que no es más (ni menos) que la construcción de artilugios que lleven en sí la esencia que dará su función, una esencia que parece mágica a ojos comunes, pero que tiene sus raíces en la pura realidad cotidiana. ¿Podéis imaginar a un hombre cruzando un bosque y mirando hacia abajo para ver las hojas más altas de las copas de sus árboles? Podréis verlo en un futuro cercano, os lo aseguro.
Habilidades:
Adapto el medio a mis necesidades, deformo la natura y doblego las mentes a mi voluntad; con el poder de mis ideas y mis palabras.
Armas:
No soy amigo de las batallas, ni siquiera de las menores, como podría ser la caza de un conejo. No obstante, sería de mente insensata no llevar al menos una daga que actúe en mi defensa si por mí mismo la tarea se tornara imposible.
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