Aspecto:
Alta y esbelta, con cabellos largos y oscuros, un poco ondulados, al igual que los ojos, que son profundos y expresivos. Mis movimientos son elegantes y cuidados.
Historia:
He vivido siempre en Dol Amroth, cerca de los puertos. Mi pueblo desciende de los Numenoreanos que tenían plazas fuertes en el lugar, y que se asentaron allí antes que la Gran Ola hundiese la isla bajo las aguas. Se dice que su sangre corre pura por nuestras venas, por lo que tenemos cierto aire élfico en nuestros rostros. Hemos vivido en paz en las falas desde que el Reino de Gondor fue reinstaurado. Así, mi vida ha sido tranquila y apacible desde mi niñez, siendo mi amor por el Mar profundo, como las raíces de Arda y el eco de la Música de los Ainur, pero hace poco creció en mi interior el deseo de conocer nuevas tierras y nuevos horizontes y aprender cuanto pudiera del mundo que me rodeaba. Las viejas historias de los tiempos oscuros no se han olvidado en la paz que ahora nos rodea, y ellas despertaron el mí el deseo de conocimientos cuando eran cantadas a la luz de la hoguera.
Recorro incansablemente los caminos solitarios de la Tierra Media, intentando reconocer los indicios de un pasado a veces perdido en la bruma. En el camino he hallado a veces consuelo caminando junto a otros que anhelaban el conocimiento tanto como yo, y he sido feliz al conocer y tratar a las demás razas de Arda. Pero el camino sigue y sigue desde la puerta...
Y de ahí a dónde iré, no sabría decirlo…
Habilidades:
Tengo la visión larga de los de nuestra raza, aunque se manifiesta en contadas ocasiones, y el poder de sanar con las manos, y de leer en los corazones.
Armas:
Un arco y una daga atada a la cintura.
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