Aspecto:
Soy una joven elfa de ojos claros, una mezcla entre verde y azul. Conservé una mirada triste y apagada durante años, pero desde que estoy en Bree, me ha cambiado la cara. Una preciosa y frondosa melena castaña cubre mi espalda y unos labios carnosos, hacen que tenga una bonita sonrisa.
Historia:
Nací en un día de la Tercera Edad, en el seno de una buena familia. Durante años, viví en el Bosque Negro junto a mis padres y mi hermano mayor. Mi padre era guardia real en la frontera del Sur, por eso no solíamos verlo muy a menudo. En esos tiempos aprendí muchas cosas de mi hermano, quien siempre me hablaba de mi padre, y me enseñó a usar el arco. En los pocos ratos que pasaba con mi padre, siempre me contaba historias fantásticas sobre sus viajes y de él aprendí a guiarme por las estrellas, lo que me ha sacado más de una vez de algún que otro apuro. Sus historias hacían que mi imaginación volase hasta límites que nunca había soñado. Me creaba un mundo propio en el que me convertía en una incansable viajera, peregrinando por diferentes tierras, conociendo a personas de razas distintas… Un día decidí realizar los sueños que tenía desde niña, que finalmente me llevaron por tierras inhóspitas. La verdad es que la realidad se alejaba mucho de lo que en antaño había sido un sueño. Decepcionada, partí desde los Puertos Grises, y tras duros días de caminatas, llegué al bosque de Bree. Fue entonces cuando conocí a un bello y noble elfo llamado Herumeret, un poco borracho, pero muy divertido, que consiguió animarme, convenciéndome de que lo mejor de la Tierra Media se encontraba en Bree. Decidí tomarme un pequeño descanso que se ha prolongado hasta no se sabe cuando… Pero no me importa, porque ahora soy feliz en la Posada.
Habilidades:
Al estar tanto tiempo vagando de un lado para otro, pude aprender muchos conocimientos sobre las distintas razas. Como ya dije, mi querido padre me enseñó a guiarme por las estrellas. Conservo la buena vista de mi hermano y me considero una excelente cocinera. Conservo miles de recetas que me enseñó mi madre antes de emprender mi viaje, siendo mi especialidad el troll al vino, está para chuparse los dedos.
Armas:
Nunca me gustaron las armas pero siempre llevo conmigo una pequeña daga. Por suerte no he tenido que utilizarla sino para pelar frutas. Tengo una vista excelente y en mis viajes aprendí a usar el arco con gran destreza. La espada corta no es mi fuerte, pero sé defenderme.
|