Aspecto:
Presento un aspecto un tanto utópico, a pesar de ser en gran parte dragón, soy mestizo de elfo, por lo que presento la forma típica de un elfo Silvano, pero con la piel recubierta de escamas, el pelo y los ojos rojos, como la llama que arde en mi interior, una larga y fuerte cola y unas alas negras de dragón
Historia:
Narran antiguas leyendas de la tierra media que antes de su muerte, el gran Ancalagon fue objeto de la seducción de una elfa Silvana, una poderosa elfa que dedicaba su vida a jugar con la naturaleza.
La noche antes de la muerte del gran dragón negro, la elfa Nindë, adopto la forma de una hermosa dragona dorada, y sedujo a Ancalagon.
Cansados ya de los lujuriosos y antinaturales experimentos que cometía Nindë, Ilúvatar decidió castigarla, condenando a su alma a permanecer en un monolito indestructible. situado en el centro mismo de las tierras medias , donde pasará el resto de la eternidad sin sentir nada más que la oscuridad que la rodea y desolación infinitamente superior a cualquiera imaginable
Fruto de esa antinatural unión, nacieron varias extrañas criaturas mestizas de formas muy variadas e incluso desagradables, de dragón y elfo, de las 12 crías iníciales solo sobrevivió uno, al que llamaron Hijo de la llama o Sel-d'nar en élfico.
Suponiendo que esto sea verdad, este es mi comienzo pues hace muchos amaneceres que perdí la memoria, y no recuerdo realmente mi verdadera identidad, pero no hay otra con la cual me identifique.
Ahora rechazado por todos en las tierras medias, dedico mi vida a impartir justicia según mi criterio, por donde quiera que me lleve mi camino.
No me interesa realmente mi destino, pues carece de sentido, solo busco matar el tiempo, y lo mismo me da luchar contra los seguidores de Ilúvatar, que contra el, siempre que me parezca Honorable.
Habilidades:
Puedo volar más rápido que las águilas, correr casi como un elfo, tengo bastante fuerza, sentidos propios de un elfo Silvano, aliento de dragón y total domino sobre el elemento del fuego.
Además manejo excepcionalmente mi espada llameante la cual solo yo puedo blandir, y en combinación con mi piel de dragón, prácticamente in penetrable, supongo que soy un rival más que digno.
Armas:
Espada llameante
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